No la confundas con la correa de distribución porque no son lo mismo. La correa de servicio está dedicada, entre otras cosas, a mover el alternador, que es el que genera la energía que se acumula en la batería. Sin la correa de servicio, el coche no genera electricidad y, por tanto, no puede funcionar.
Tiene varios nombres: correa auxiliar, correa de accesorios, correa del alternador, correa trapezoidal… aunque como más se le reconoce es como la correa de servicio del coche.
Si abres el capó de tu coche reconocerás rápidamente la correa de servicio porque es la que está girando en sincronía con el motor y la que está a la vista. No la confundas con la correa de distribución, una pieza que se ubica dentro del propulsor.
La correa de servicio es la encargada de mover algunas piezas como el alternador o la dirección asistida aprovechando la rotación del cigüeñal. Está compuesta por una goma articulada que está reforzada en su interior con fibras de nylon, que son las encargadas de que la correa no tenga holguras cuando se ajusta a las poleas colocadas en el exterior del motor.
¿Cuál es el mantenimiento de la correa de accesorios?
Su mantenimiento es simplemente hacer una revisión visual para comprobar si tiene algún desgaste, sobre todo en la zona central, que es por donde está en contacto con los rodillos y poleas. También es importante observar si algún tensor o rodillo se ha quedado bloqueado, lo que forzará la tensión de la correa.
El cambio de la correa de accesorios hay que hacerlo cuando te toque cambiar la correa de distribución, así lo recomiendan los fabricantes. Si tu coche lleva cadena, en lugar de correa, entonces la correa de accesorios debes sustituirla entre los 60.000 km y los 120.000 kilómetros, según cómo esté de desgastada. Con este cambio evitarás futuras averías: si se rompe la correa de servicio existe la posibilidad de que entre algún trozo de nylon dentro de la correa de distribución, lo que puede producir una avería en el motor.
Síntomas de que la correa de servicio está en malas condiciones
Aunque la correa de servicio se suele cambiar en el momento en que hay que sustituir la correa de distribución (hacia los 150.000 kilómetros), puede aparecer un chirrido que indica que puede haber algún rodillo o un tensor en mal estado, lo que provoca un desgaste en la propia correa de servicio. Ese chirrido va a aparecer normalmente al final de la vida útil de la correa de servicio, es muy raro que aparezca un ruido antes.
Si se rompe la correa de servicio lo primero que aparecerá será un testigo de avería de la batería en el cuadro de instrumentos. Si esto sucede, lo recomendable es parar, abrir el capó y ver si está la correa de servicio:
- Si no está la correa debes llamar a la asistencia en carretera.
- Si está la correa y el trayecto es corto puedes circular hasta llegar a un taller.
¿Qué pasa si se rompe la correa de servicio?
Si se rompe la correa de servicio es muy posible que la avería que se origine sea grave. Estamos hablando de unos 1.500 euros ya que afectará a algunas piezas del motor como las válvulas, que son costosas de arreglar.
La función principal de la correa de servicio es mover el alternador, la pieza que genera electricidad y que se almacena en la batería. También depende de ella el aire acondicionado y la dirección asistida. Como excepción, los BMW o Mercedes-Benz llevan la bomba de agua fuera de la distribución, por lo que quien se encarga de su movimiento es la correa de accesorios. Si ésta se rompe en este caso, el motor dejará de recibir líquido refrigerante lo que puede derivar en una avería grave de gripado del propulsor.
Es fundamental por tanto que hagas una revisión periódica de la correa de servicio. El coste de cambiar la correa de servicio es de unos 100 euros, incluida la mano de obra.