Las pastillas y los discos de frenos son elementos claves en la seguridad de tu coche y aunque no lo notes tu estilo de conducción afecta el desgaste del sistema de frenado.
Las revisiones periódicas evitarán que unas pastillas en mal estado dañen los discos, y con ello evitarán un mayor gasto de tu bolsillo, pero especialmente unos frenos en buen estado disminuirán el riesgo de accidentes.
Te recomendamos que revises las pastillas y discos de freno cada 6 meses o 20.000 Km y el líquido de frenos cambiarlo cada 2 años.
Recuerda que los frenos son uno de los elementos más importantes de tu vehículo en términos de seguridad y que realizar una revisión periódica y llevar al día su mantenimiento puede ahorrarte graves percances en carretera.
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La primera debería realizarse a los 5.000 kilómetros, la segunda a los 10.000 y a partir de ahí, más o menos, repetirlas cada 15.000 o 20.000 kilómetros, según marque el libro oficial del vehículo o lo recuerde el propio coche, de hecho.
En los modelos actuales, el ordenador de viaje indica al conductor los periodos de revisión aconsejables e incluso los adapta en cada caso en función del estilo de conducción y de la exigencia a que se somete a la mecánica.
Como norma general, se recomienda cambiar el aceite del coche cada 15.000 kilómetros o cada año, lo que ocurra antes, siempre que tu coche se haya fabricado después del año 2000. Si se ha fabricado antes, lo normal es cambiarlo aproximadamente cada 10.000 kilómetros.
Recuerda que esta es una cifra orientativa. Factores como el tipo de motor, el tipo de aceite, el uso que hagas de tu vehículo o su antigüedad hacen que esta cifra aumente o disminuya, en algunos casos de forma considerable. Por eso, tu primera opción debe ser siempre acudir a la información que te dé tu fabricante.
Para saber cuándo ha llegado la hora de cambiar las ruedas de tu coche, basta con tener sentido común y ser un poco observador. Para echarte una mano, he aquí una lista de las cosas en las que hay que fijarse: