Aunque no la veas a simple vista, la correa de distribución es una parte fundamental del motor, porque sincroniza todas sus piezas. Una avería en esta parte puede ser determinante para la vida de tu vehículo. ¿Cómo se puede identificar? ¿Qué se debe hacer? En Talleres El Granero te contamos todo lo que necesitas saber.
Cuando piensas en un motor, seguramente lo primero que te venga a la mente sean los pistones, las bielas, los cilindros… pero también existen otros elementos que son igual de importantes, como la correa de distribución, una pieza fundamental para que el corazón de tu coche funcione con normalidad.
Esta correa de distribución es una pieza que, a simple vista, cuando levantas el capó, no se ve (no debes confundirla con la correa de servicio que sí está a la vista), pero que es vital para que todos los componentes del motor estén sincronizados. Si esa correa de distribución está rota, tu motor sufrirá hasta tal punto que podría dejar de funcionar.
El origen de la avería en una correa de distribución
La principal avería que puedes encontrar en una correa de distribución se debe a la rotura, tanto por desgaste como por tiempo. La correa de distribución no tiene ningún mantenimiento, más allá de observar cuál es su estado: se puede revisar, por ejemplo, si está agrietada o si los dientes tienen un desgaste. La cuestión es que está dentro del bloque motor y está tapado, no se ve a simple vista; hay que quitar la tapa de la correa de distribución.
La correa de distribución no suele dar síntomas de que está en mal estado, salvo cuando se destensa y empieza a tener holguras. En este caso, puede hacer un ruido cuando pega contra la propia tapa que la protege de la suciedad. Esto puede suceder cuando se ha roto el tensor de la correa de distribución.
Cada cuánto se cambia la correa de distribución
Esta pieza está hecha de caucho y, según los fabricantes, lo normal es que se cambie cada 150.000 kilómetros o cada diez años, lo que antes suceda. No obstante, cada vez están mejor diseñadas y su material es mejor, por lo que aguantan mucho más y mejor que unos años atrás.
¿Qué ocurre si una correa de distribución está rota mientras estás en marcha?
El principal problema de que una correa de distribución se rompa en marcha es que los demás elementos del motor pierdan el sincronismo y empiecen a rozarse entre ellos (válvulas, pistones…) lo que puede originar una avería grave.
Las averías en esta situación son bastante graves, y en muchos casos suponen un cambio del motor.
Si ocurre mientras circulas con tu coche, el motor empezará a hacer unos ruidos muy fuertes y el coche se parará instantáneamente, al tiempo que se encienden todos los testigos en el panel de instrumentos. Sólo contarás con la inercia del vehículo, según la velocidad a la que vayas, para detenerte con seguridad a un lado de la vía para, a continuación, señalizar el coche con la luz de emergencia V-16.
¿Qué sucede si circulas con la correa de distribución mal colocada?
También puede suceder que la correa de distribución esté mal colocada. En este caso, el síntoma es claro: no arrancará el coche. Si es sólo un diente el que no está bien ubicado, se encenderá un testigo en el panel de instrumentos y el motor no funcionará correctamente, ya que la correa sólo tiene un punto de colocación y no hay posibilidad de error. Tiene que estar calada (todas las piezas deben estar en su marca). Si en lugar de uno, son varios los dientes mal colocados, los pistones chocarán contra la culata, algo que no debe ocurrir nunca.
Cada vez hay más coches con cadena de distribución, en lugar de correa
En la actualidad, cada vez hay más coches que, en lugar de correa de distribución, llevan cadena de distribución. Ésta, en teoría, puede durar toda la vida. Sin embargo, la que está mal diseñada tiende a estirarse. El motivo de este estiramiento puede deberse a que el aceite en el que va bañada la cadena no sea el correcto. Aunque vienen con un tensor dinámico que se adapta a la tensión de la correa, hay un momento en que la elongación puede ser tan acusada que no tenga arreglo. Si esto ocurre, dejará de haber sincronismo entre las piezas y el motor se estropeará. Antes de que esto pase, cuando la cadena se destense chocará contra la tapa: es un aviso de que es necesario revisarla y, llegado el caso, cambiarla.
Vigilar visualmente una cadena de distribución es mucho más complejo que una correa de distribución: lleva una carcasa con tornillos y una junta para que no se escape el aceite, que hay que cambiar cuando es abierta. No así la correa de distribución, que es mucho más sencilla de comprobar ya que sólo hay que retirar una carcasa de plástico.
Entre los problemas que puede haber después de cambiar la correa de distribución está el montaje incorrecto de las piezas. Hay que sustituir todo el kit de distribución (tanto el tensor dinámico como los rodillos donde apoya la correa) a la par que se cambia la correa de distribución. Si no se hace así, puede aparecer una avería. Por ejemplo, si se cambia una correa y no se sustituye el tensor, éste puede trabajar mal y puede aplicar un sobreesfuerzo en esa correa. En el caso de la cadena de distribución, también hay que sustituir el kit de distribución compuesto por el tensor dinámico y los patines.
Recuerda que las dos partes básicas del motor que siempre hay que tener presentes en las revisiones son el cambio de aceite y la correa de distribución. Si no se mantienen correctamente, el motor puede llegar a romperse y esta avería es posiblemente de las más caras que existen.